Según Bertalanffy, sistema es un
conjunto de unidades recíprocamente relacionadas. De ahí se deducen dos
conceptos: propósito (u objetivo) y globalismo (o totalidad).
·
Propósito
u objetivo: todo sistema tiene uno o algunos propósitos. Los elementos (u
objetos), como también las relaciones, definen una distribución que trata siempre de alcanzar un
objetivo.
·
Globalismo
o totalidad: un cambio en una de las unidades del sistema, con probabilidad producirá cambios en las otras. El
efecto total se presenta como un ajuste a todo el sistema. Hay una relación de
causa/efecto. De estos cambio y ajustes, se derivan dos fenómenos: entropía y homeostasia.
·
Entropía:
es la tendencia de los sistemas a desgastarse, a desintegrarse, para el
relajamiento de los estándares y un aumento de la aleatoriedad. La entropía
aumenta con el correr del tiempo.
Si aumenta la información, disminuye la entropía, pues la información es la
base de la configuración y del orden. De aquí nace la negentropía, o sea, la
información como medio o instrumento de ordenación del sistema.
·
Homeostasia:
es el equilibrio dinámico entre las partes del sistema.
Los sistemas tienen una tendencia a adaptarse con el fin de alcanzar un
equilibrio interno frente a los cambios externos del entorno.
Una organización podrá ser entendida
como un sistema o subsistema o un supersistema, dependiendo del enfoque. El
sistema total es aquel representado por todos los componentes y relaciones
necesarios para la realización de un objetivo, dado un cierto número de
restricciones. Los sistemas pueden operar, tanto en serio como en paralelo.
En cuanto a su constitución,
pueden ser físicos o abstractos:
·
Sistemas
físicos o concretos: compuestos por equipos, maquinaria, objetos y cosas reales.
El hardware.
·
Sistemas
abstractos: compuestos por conceptos, planes, hipótesis e ideas. Muchas veces solo existen en
el pensamiento de las personas. Es el software.
En cuanto a su naturaleza, pueden
cerrados o abiertos:
·
Sistemas
cerrados: no presentan intercambio con el medio ambiente que los rodea, son
herméticos a cualquier influencia ambiental. No reciben ningún recursos externo y nada producen que sea
enviado hacia fuera. En rigor, no existen sistemas cerrados. Se da el nombre de
sistema cerrado a aquellos sistemas cuyo comportamiento es determinístico y
programado y que opera con muy pequeño intercambio de energía y materia con el
ambiente. Se aplica el término a los sistemas completamente estructurados,
donde los elementos y relaciones se combinan de una manera peculiar y rígida
produciendo una salida invariable, como las máquinas.
·
Sistemas
abiertos: presentan intercambio con el ambiente, a través de entradas y
salidas. Intercambian energía y materia con el ambiente. Son adaptativos para
sobrevivir. Su estructura es óptima cuando el conjunto de elementos del sistema
se organiza, aproximándose a una operación adaptativa. La adaptabilidad es un
continuo proceso de aprendizaje y de auto-organización.
Los sistemas abiertos no pueden vivir
aislados. Los sistemas cerrados, cumplen con el segundo principio de la termodinámica que dice que "una cierta cantidad
llamada entropía, tiende a aumentar al máximo".
Existe una tendencia general de los eventos en la naturaleza física en dirección a un estado de máximo desorden. Los sistemas
abiertos evitan el aumento de la entropía y pueden desarrollarse en dirección a
un estado de creciente orden y organización (entropía negativa). Los sistemas
abiertos restauran sus propia energía y reparan pérdidas en su propia
organización. El concepto de sistema abierto se puede aplicar a diversos
niveles de enfoque: al nivel del individuo,
del grupo,
de la organización y de la sociedad.
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